viernes, 2 de mayo de 2014

(2)

Tuve la suerte de que Jorge también fuera muy pedo, y no llevaba ni un metro corriendo cuando se tropezó y se comió el borde de una mesa. Vi como algunos de sus dientes saltaban y se esparcían por la sala. No me dio tiempo a ver que más ocurría, pues un segundo después ya me encontraba en el jardín. Y también un segundo después, se encendieron los aspersores y me empaparon entero. "Bueno, así por lo menos me limpiarán un poco el vómito", pensé. Me metí en el cobertizo que había en el jardín y me acurruqué en un rincón, temblando de frío. Estuve en esa postura lo que me pareció una eternidad. Sólo podía pensar en que si Jorge me descubría, me arrancaría la cabeza de un puñetazo. En sentido literal. A esas alturas ya sabía que tenía la fuerza y el suficiente cabreo para ello.

De pronto, escuché un ruido. Me incorporé rápidamente y agarré un martillo de una de las estanterías, preparándome para lo peor. Pasos. Acercándose. Alguien silbando lo que pretendía ser "Get Lucky". Sentí el puño dolorido de tanto apretar el mango del martillo. La puerta se abrió de repente y apenas pude escuchar un "¿Qué cojones..." antes de pegarle un martillazo al intruso.
-¡Ay!¡La madre que te parió!
Reconocí su voz. No era Jorge, era Sergio. Y sí, también iba muy pedo. Del golpe que le había dado le había salido un chichón, y se encontraba tirado en el suelo.
-¡Ay joder, lo siento!
-¿Lucas?¿Qué narices estás haciendo aquí?¿Y qué coño haces con un martillo?¿Quieres matarme?
Con miedo a que alguien pudiera vernos, lo arrastré rápidamente al interior del cobertizo y cerré la puerta. Sergio estaba totalmente atónito.

-¡No, dios mío!¡Es que pensaba que eras Jorge!-susurré, haciendo señas para que lo hiciera él también y así nadie pudiera oírnos.
-¿Y por qué quieres matar a Jorge?- exclamó él chillando y pasándose mis indicaciones por los cojones.
Le volví a indicar que hablara en voz baja hasta que pareció comprenderlo.
-No... a ver... escucha...
Y entonces le conté lo que había pasado dentro.
-¡Ah sí!¡Es cierto! Que guapo que está Jorge ahora jajajajajaja.
-Pero el problema está en que si entro ahora ahí me va a matar
-¿Jorge? Tranquiiiiilo. Se acaba de ir a urgencias cagando leches con Álvaro. No creo que vuelva pronto. Además, seguro que cuando vuelva ya se la ha olvidado. Con lo pedo que iba...- dijo, y empezó a reírse mientras se revolcaba por el suelo.

-¿Y tu a qué has venido aquí?- le pregunté
-Hielo- contestó incorporándose y señalando el gran congelador que había detrás mío.-¿Me puedes pasar dos bolsas?
Fui al congelador, saqué dos bolsas grandes llenas de hielo y se las tendí a Sergio. Él las agarró y se puso una en donde tenía el chichón mientras se ponía de pie torpemente. Después se acercó a mí hasta que nuestras frentes llegaron a tocarse.
-Te voy a dar un consejo Lucas. No no no no... no me pongas esa cara, escúchame bien. Natalia... natalia...ella...es... ¡una zorra!. ¡Así que ahora mismo vas a salir ahí, te vas a olvidar de ella y vas a...
Y entonces, me vomitó encima
-Me cago en la puta-dije apartándolo de un manotazo
-¡Ay, lo siento tío que yo no..!-se disculpaba, intentando limpiarme la camisa.
-Da igual, tira para afuera que ahora salgo
-Vale, vale...- dijo Sergio- Buen rollo, ¿eh?

Salió del cobertizo y me quedé solo de nuevo. Me volví a acurrucar en la esquina . "Vaya puta mierda de noche". Ese fue mi último pensamiento antes de quedarme dormido.

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